Los beneficios del sol
El sol resulta beneficioso si la exposición a sus rayos se hace con moderación y teniendo en cuenta algunas precauciones. Por este motivo, se recomienda utilizar cremas protectoras con el filtro solar que se reseñan para cada tipo de piel. Además, la duración del primer baño de sol no debe sobrepasar los diez minutos; duración que se puede ir incrementando, poco a poco, cada día. La exposición al sol se puede iniciar por las piernas, para, paulatinamente, ir exponiendo el cuerpo entero. El tiempo máximo de exposición al sol en verano será de dos horas al día, siempre fuera de la franja horaria comprendida entre las once y las cinco de la tarde, que son las horas de mayor agresividad de los rayos solares. En invierno y durante estos meses soleados se puede alargar un poco el tiempo de exposición al sol.
Los rayos solares estimulan todas las funciones del organismo, destacando las siguientes:
• Aumenta la irrigación sanguínea por vasodilatación cutánea.
• Estimula la formación de la vitamina D, esencial para la salud de los huesos y la piel.
• Ejerce un efecto reconstituyente sobre las fibras musculares, mejorando su irrigación y nutrición.
• Produce un efecto relajante en la musculatura.
• Favorece la regulación hormonal.
• Ejerce un efecto tónico sobre el sistema nervioso vegetativo, lo que ayuda a resolver problemas de astenia y apatía.
• Mejora el estado de ánimo, por lo que es muy valioso en el tratamiento de la depresión.
¡Aprovecha al máximo estos días soleados!